Monday, October 14, 2013

Tonucci: ¿Enseñar o aprender?

TONUCCI: ¿ENSEÑAR O APRENDER? En este artículo Tonucci analiza y compara la escuela transmisiva o tradicional versus la escuela constructiva, así como el papel de la escuela, del maestro, del alumno, las familias y demás agentes educativos. Plantea la necesidad de un cambio, de una revolución educativa. Hace décadas la escuela era la respuesta educativa a una demanda de élite. sólo después de la segunda Guerra Mundial se plantea una enseñanza obligatoria para todos y ésta se amplía, efectivamente, pero sin cambiar realmente. Sigue siendo selectiva y alejada de la vida y de la realidad del alumno. La escuela que debería contribuir a hacer iguales a los ciudadanos sirve en realidad para marcar las diferencias. La sociedad ha cambiado y sigue cambiando a un ritmo vertiginoso y la escuela, sin embargo, sigue siendo la misma que hace cuarenta años. Se hace necesaria una revolución metodológica total y la formación continua del profesorado en general y en especial, de las nuevas tecnologías, de las herramientas educativas y de nuevas metodologías. En los últimos tiempos la escuela ha conseguido un auténtico monopolio en la educación; se le exige más para que compense los déficits ante la crisis en los nuevos modelos de familia y de las organizaciones. Sin embargo, el cambio y el progreso en la educación depende de todos estos agentes y no sólo de la escuela. Es necesario pues elaborar un proyecto educativo integrado y coordinado entre todos. Es imprescindible un nuevo modelo de escuela. Una escuela donde se priorice la práctica, donde los alumnos sean los verdaderos protagonistas de su propio aprendizaje. Una escuela en la que pueden y deben participar activamente y en la que se enseñe partiendo de sus necesidades, experiencias y conocimientos anteriores. Que atienda la diversidad, que no sea homogénea, que no separe a los niños por criterios como la edad, que esté abierta a la realidad, que salga del espacio cerrado que es el aula y que no esté sujeta a estrictos horarios. Una escuela que ofrezca aprendizajes significativos y no realidades teóricas alejadas de la realidad del niño. En el modelo de escuela que propone Tonucci los papeles del maestro y de lo s alumnos cambian: El alumno ya no es una tabula rasa que hay que llenar con conocimientos, sino que ya saben cuando llegan a la escuela. Se trata pues de profundizar y reestructurar estos conocimientos. El maestro, por otro lado, deja de ser el poseedor de la verdad absoluta para ser guía, mediador, observador y responsable del método. Es importante que reúna una serie de características como son: Que sea investigador, que sepa estimular y crear pasión por aprender, que sepa adaptarse a la realidad de cada alumno y a la realidad en general; que salga del aula y descubra el mundo fuera de ésta; que lea, que escriba, que escuche, que se implique personalmente.. Que, en definitiva, sea un modelo para sus alumnos. En conclusión, Tonucci plantea un modelo de escuela y de educación ideal, constructiva y significativa, que sirva para la vida. Pero ello implica un camino revolucionario que depende de muchos factores y agentes del Estado, de las políticas, etc. Queremos una escuela, una educación mejor, más avanzada, necesitamos una revolución del sistema.. Y contrariamente, vamos hacia atrás, retrocediendo a tiempos pasados, especialmente en nuestro país, con tantos cambios legislativos y la nueva ley, la LOMCE. Leyes impuestas por los políticos y contra las cuales la escuela y los ciudadanos, al parecer y tristemente, poco podemos hacer.. ¿Cómo conseguir una escuela y una educación democrática si la sociedad en la que vivimos en realidad no lo es...?

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