Monday, October 21, 2013

EL ROL DEL MAESTRO


Ser maestro no es tarea fácil, sobre todo en los tiempos que vivimos. No es sólo transmitir conocimientos de ocho de la mañana a tres de la tarde, por ejemplo. Ser maestro es mucho más: Es enseñar a los alumnos a pensar, a que se hagan preguntas y duden; es forjar la personalidad y la consciencia de los pueblos, etc. El trabajo es muy complejo y son muchos los problemas con los que se encuentra hoy en día el docente y muchas las virtudes necesarias las que han de poseer estos para realizar su trabajo con éxito.

Empecemos por analizar algunos de los problemas a los que se ha de enfrentar el docente hoy:
- El individualismo y el corporativismo: El docente metido en su aula, donde se siente seguro y a refugio de las críticas. Hay que luchar contra este individualismo y trabajar todos juntos, empezando por la propia escuela.
- La falta de autoestima por la pérdida de reconocimiento social. La figura del maestro ya no está tan reconocido como antes, se le exige más y está siendo cuestionado constantemente.. Esto es debido a la crisis de la sociedad, de los modelos de familias, de cultura... Como cita Miguel Ángel Santos Guerra, "En una cultura donde prevalece el individualismo, la competitividad... el docente ha de cultivar la solidaridad, el respeto, la compasión por los débiles y hacer amar el conocimiento en una sociedad obsesionada con el dinero, el poder y la fama" ). Se les exige más, y todo ello con peores condiciones y sueldos cada vez.
- La falta de formación. El docente ha de estar en formación continua. No basta con estudiar una carrera, sino que ha de seguir formándose y estar al día de los vertiginosos cambios que se producen en la sociedad y saber usar, por ejemplo, las nuevas tecnologías.

Relacionado con este último punto, es necesario referirse al modelo TPACK (Mishra y Koehler, 2006). Los autores de este modelo defienden la necesidad de formar al docente en tres tipos de conocimiento: El pedagógico, el contenido de la materia y el tecnológico. Este sería, en mi opinión muy acertadamente, el modelo necesario para una formación completa del profesorado en la actualidad, donde las nuevas tecnologías juegan tan importante papel.

Analicemos ahora algunas de las virtudes y/o requisitos que habría de reunir un buen profesor para realizar tan difícil labor:
- Estar en formación continua. Estar actualizado de nuevos métodos, estrategias, etc.
- Poseer conocimiento sobre la infancia y adolescencia. Y conocer a sus alumnos, sus necesidades, sus intereses e historias familiares. Y han de trabajar conjuntamente con las familias y demás agentes educativos y seguir un plan común en beneficio del niño.
- Ha de conocer el mundo y relacionarlo con la cultura. Y hacer que los alumnos descubran y conozcan su mundo, su sociedad, la realidad.
- Trabajar valores, tales como la solidaridad, la paz, la democracia. La escuela y el profesor en concreto debe ser un ejemplo, un modelo a seguir por sus alumnos. Compromiso político y social. -Han de ser amorosos, afectivos. Aunque las tecnologías avancen a un ritmo tan vertiginoso y pudieran quizás, quien sabe, sustituir al profesor, éstas carecen de algo necesario para el aprendizaje: El afecto. Sin éste, no hay una educación completa y de calidad.

En resumen, el maestro tiene una realmente complicada tarea en los tiempos de crisis en que vivimos hoy a todos los niveles. A éste se le presiona y exige más, por menos. Y además, al maestro no le basta la formación recibida en una carrera universitaria para todo lo que se le exige. Éste ha de ser psicólogo, filósofo, actor, payaso... Tener carisma, autoridad, ser cariñoso, entusiasta, etc. Efectivamente, entusiasmo es lo que necesita un profesor. Transmitir entusiasmo y pasión por aprender en los alumnos, eso es, en mi opinión, lo más importante. Y todo lo que ha de transmitir, tiene que sentirlo y vivirlo el mismo profesor, que ha de ser y es un ejemplo para sus alumnos. Ha de ser un modelo y de hecho lo es, a veces sin darnos cuenta, de que "Lo que los docentes hacen y dicen puede quedarse en la mente de los alumnos par el resto de sus vidas, porque los docentes cambian vidas para siempre" (Sonia Nieto). No cabe duda pues, de la enorme responsabilidad de los maestros, de la gran importancia de su labor. ¡Tenemos los docentes un gran poder, un gran potencial para producir cambios, para hacer una sociedad mejor y más feliz, y hemos de aprovecharlo!




Monday, October 14, 2013

Tonucci: ¿Enseñar o aprender?

TONUCCI: ¿ENSEÑAR O APRENDER? En este artículo Tonucci analiza y compara la escuela transmisiva o tradicional versus la escuela constructiva, así como el papel de la escuela, del maestro, del alumno, las familias y demás agentes educativos. Plantea la necesidad de un cambio, de una revolución educativa. Hace décadas la escuela era la respuesta educativa a una demanda de élite. sólo después de la segunda Guerra Mundial se plantea una enseñanza obligatoria para todos y ésta se amplía, efectivamente, pero sin cambiar realmente. Sigue siendo selectiva y alejada de la vida y de la realidad del alumno. La escuela que debería contribuir a hacer iguales a los ciudadanos sirve en realidad para marcar las diferencias. La sociedad ha cambiado y sigue cambiando a un ritmo vertiginoso y la escuela, sin embargo, sigue siendo la misma que hace cuarenta años. Se hace necesaria una revolución metodológica total y la formación continua del profesorado en general y en especial, de las nuevas tecnologías, de las herramientas educativas y de nuevas metodologías. En los últimos tiempos la escuela ha conseguido un auténtico monopolio en la educación; se le exige más para que compense los déficits ante la crisis en los nuevos modelos de familia y de las organizaciones. Sin embargo, el cambio y el progreso en la educación depende de todos estos agentes y no sólo de la escuela. Es necesario pues elaborar un proyecto educativo integrado y coordinado entre todos. Es imprescindible un nuevo modelo de escuela. Una escuela donde se priorice la práctica, donde los alumnos sean los verdaderos protagonistas de su propio aprendizaje. Una escuela en la que pueden y deben participar activamente y en la que se enseñe partiendo de sus necesidades, experiencias y conocimientos anteriores. Que atienda la diversidad, que no sea homogénea, que no separe a los niños por criterios como la edad, que esté abierta a la realidad, que salga del espacio cerrado que es el aula y que no esté sujeta a estrictos horarios. Una escuela que ofrezca aprendizajes significativos y no realidades teóricas alejadas de la realidad del niño. En el modelo de escuela que propone Tonucci los papeles del maestro y de lo s alumnos cambian: El alumno ya no es una tabula rasa que hay que llenar con conocimientos, sino que ya saben cuando llegan a la escuela. Se trata pues de profundizar y reestructurar estos conocimientos. El maestro, por otro lado, deja de ser el poseedor de la verdad absoluta para ser guía, mediador, observador y responsable del método. Es importante que reúna una serie de características como son: Que sea investigador, que sepa estimular y crear pasión por aprender, que sepa adaptarse a la realidad de cada alumno y a la realidad en general; que salga del aula y descubra el mundo fuera de ésta; que lea, que escriba, que escuche, que se implique personalmente.. Que, en definitiva, sea un modelo para sus alumnos. En conclusión, Tonucci plantea un modelo de escuela y de educación ideal, constructiva y significativa, que sirva para la vida. Pero ello implica un camino revolucionario que depende de muchos factores y agentes del Estado, de las políticas, etc. Queremos una escuela, una educación mejor, más avanzada, necesitamos una revolución del sistema.. Y contrariamente, vamos hacia atrás, retrocediendo a tiempos pasados, especialmente en nuestro país, con tantos cambios legislativos y la nueva ley, la LOMCE. Leyes impuestas por los políticos y contra las cuales la escuela y los ciudadanos, al parecer y tristemente, poco podemos hacer.. ¿Cómo conseguir una escuela y una educación democrática si la sociedad en la que vivimos en realidad no lo es...?

Wednesday, October 9, 2013

El sistema educativo y las finalidades de la educación

EL SISTEMA EDUCATIVO Y LAS FINALIDADES DE LA EDUCACIÓN El sistema educativo ha ido evolucionando y con ello, las finalidades de la educación y la importancia dada a unos u otros contenidos. Pero la finalidad fundamental es contribuir al pleno desarrollo de la personalidad en todos los ámbitos de la vida. Se trata de conseguir una formación integral (para que sean competentes no sólo en lo académico, sino en la vida. Para ello tienen que desarrollar sus capacidades, etc) y una formación para la vida. Aunque, como resultado de décadas de escuela selectiva y propedéutica, lo que se ha venido haciendo es más bien una formación integral académica y una formación para la vida académica también, como no. La enseñanza tiene que basarse en competencias, más que en teorías que priorizan el saber teórico frente al práctico. No tiene que ser sólo una transmisión de conocimientos, sino más un desarrollo de la persona. Y esta idea ya estaba presente en textos clásicos, es histórico. En el modelo de la escuela selectiva y propedéutica, hay dos caminos: El corto, que es para la mayoría de la población y el largo, que es para una minoría, los que tienen dinero y pueden ir a la universidad. Así, lo que se enseña en la escuela está encaminado para llegar a la universidad. Es decir, prepara a la población a ser “competentes” en algo que la mayoría no necesitará. Y además se basa en la transmisión y reproducción verbal. En conclusión, no ofrece a la población una formación útil en cuanto a posibilidades vitales y profesionales. Es necesario pues otro modelo de escuela, una que sea para todos. La finalidad de la educación no ha de ser sólo la transmisión de conocimientos, sino el pleno desarrollo del ser humano, educar para la paz, la solidaridad, el respeto, aprender a convivir, a ser, a hacer… No sólo a conocer. Está dirigida al desarrollo y explotación de sus capacidades, de sus talentos, etc, con el fin último de que la persona mejore su vida y transforme la sociedad. Y esto lo postulan distintas estancias internacionales, la Constitución española, etc. Hay tres tipos de educación: La formal, la no formal y la informal. Todas ellas contribuyen a la formación integral de la persona. Se ha de promover que en todos los tipos de educación haya experiencias educativas para el desarrollo de la personalidad. Pero ¿qué papel tiene la escuela en la de formar a las personas en todas sus capacidades? Se aprende de muchos sitios, no sólo de ahí… ¿Y cómo hacer que las familias hagan bien su papel? Es necesario analizar el problema desde una visión global redefiniendo lo que es el sistema educativo, diferenciándolo del sistema escolar. El educativo comprende los tres tipos de educación, son todos los agentes educativos. Los tres tendrán unas responsabilidades compartidas y cada una las suyas. El problema es si la escuela está preparada para asumir sola esa responsabilidad. Y la respuesta es no. Otro problema es la familia. En un tipo de escuela instructiva, familia y escuela tienen claro su papel, la diferenciación está clara. Sin embargo, en una escuela que busca el desarrollo integral de la persona, no está tan claro y puede que la familia no haga su papel correctamente. ¿Cómo conseguir conciliar los dos proyectos educativos, el familiar y el escolar? La respuesta es la responsabilidad compartida. El sistema educativo es corresponsable con las familias en la educación de sus hijos: La escuela proporciona los conocimientos, recursos, profesionalidad… Pero tienen un tiempo limitado. La familia ha de ofrecerle tiempo y afecto, entre otras cosas. Aún así, ¿quién asegura que las familias sean capaces de educar a sus hijos en valores sociales y de convivencia que la sociedad pretende? En este caso, la escuela sería la encargada compensar tales déficits familiares, en la medida de lo posible. En conclusión, hay que trabajar tantas cosas en la escuela para el desarrollo de la persona… Y sin embargo se sigue quedando corta e insuficiente. Se habla del desarrollo integral de la persona y sin embargo no hay una materia en la que se enseñen emociones, sentimientos, sexualidad… No nos enseñan a controlar ni a reconocer nuestras emociones, algo tan humano e imprescindible. Nadie nos enseña a controlar o soportar el dolor, por ejemplo, el miedo… Cómo afrontar la muerte (algo humano también y donde todos, irremediablemente, llegaremos). Todas esas cosas tan importantes para el desarrollo de la persona, no se estudian en la escuela y debería, en mi opinión. Pero el hecho es que no importa a muchos; los padres prefieren que su hijo aprenda para que sea ingeniero (que vaya a la universidad y “sea alguien”, tenga un trabajo, etc) y no para que sepan hacer frente al dolor u otras manifestaciones humanas...


Educación, más de 9 letras y un acento •••••••••

Autor: jpazkual
Raquel Ortiz López